La pandemia de COVID-19 expuso tanto fortalezas como oportunidades de mejora en muchos países. En el Perú, se reveló la importancia de la inclusión financiera, por ejemplo, para facilitar el acceso a transferencias monetarias del Estado.
El COVID-19 ha dificultado la disminución de la anemia y desnutrición infantil en el Perú. Por ello, al 2021 no se logró concretar el objetivo del Plan nacional para la reducción y control de la anemia materno infantil y la desnutrición crónica
La pandemia de COVID-19 reveló la relevancia de la inclusión financiera como mecanismo para evitar la propagación del virus y enfrentar la pandemia.
En los últimos años, la inclusión financiera probó ser un medio relevante para evitar la propagación del virus y enfrentar la pandemia, ya que facilitaba el acceso a los bonos del Estado y al crédito.
La crisis originada por la COVID-19 ha generado una gran presión sobre el gobierno. Esto, sumado a otros factores, generó que al 2021 no se hayan logrado las metas establecidas
Según la Encuesta Nacional de Hogares, durante el 2020, el empleo en Apurímac se contrajo en 2.9%, lo cual significó la pérdida de aproximadamente 7,700 puestos de trabajo.
Según la Encuesta Nacional de Hogares, durante el 2020, Pasco fue la única región cuyo nivel de empleo aumentó pese a la pandemia.
Según los resultados de la Encuesta Nacional de Hogares del INEI, en el 2021, el empleo en Áncash logró crecer ligeramente (0.3%) respecto a sus niveles del 2019.
Según los resultados de la Encuesta Nacional de Hogares del INEI, en el 2021, el empleo en Cajamarca logró crecer en 5% respecto a sus niveles del 2019.
De acuerdo con los resultados de la última Encuesta Nacional de Hogares del INEI, la pobreza en el Perú se redujo de 30.1% en 2020 a 25.9% en 2021,