El índice evalúa el desempeño económico y social de cada región del país mediante 40 indicadores agrupados en seis pilares: Entorno Económico, Salud, Infraestructura, Educación, Laboral e Instituciones. En esta edición, Áncash se mantuvo en el puesto doce por cuarto año consecutivo, y avanzó en tres de los seis pilares que componen el índice.
Principales avances
En el pilar Instituciones, la región avanzó seis posiciones respecto a la edición anterior del INCORE, alcanzando el sexto puesto. Tuvo una mejora de dos puestos en tres indicadores de este pilar: ejecución de la inversión pública, victimización y recaudación municipal por habitante. Sin embargo, cayó tres puestos en tres indicadores de este pilar: percepción de la gestión pública, homicidios y resolución de expedientes judiciales.
En el pilar Laboral, la región subió cuatro posiciones, ascendiendo al puesto once. Áncash avanzó cinco posiciones en el indicador de brecha de género en ingresos laborales; tres en fuerza laboral educada y dos en brecha de género de participación laboral. Mientras que cayó una posición en dos indicadores: empleo adecuado e índice de informalidad laboral.
En el pilar Educación, Áncash alcanzó el puesto 13, subiendo dos posiciones respecto al INCORE 2021. Esto se explica porque la región logró escalar cuatro posiciones en el pilar de colegios con acceso a internet, dos en analfabetismo y uno en población con secundaria a más. No obstante, parte de este efecto fue contrarrestado por la caída de ocho posiciones en el indicador de asistencia escolar.
Retrocesos y estancamientos
El pilar Infraestructura fue el único en el que Áncash registró una caída, pasando del puesto once al trece, respecto a la edición anterior del INCORE. Esto se explica por el retroceso de posiciones en cuatro de los siete indicadores que conforman este pilar: cayó tres puestos en acceso a telefonía e internet móvil, y dos en red vial local pavimentada, continuidad en la provisión de agua, y acceso a electricidad, agua y desagüe. No obstante, escaló tres posiciones en precio medio de electricidad y una en acceso a internet fijo.
La región mantuvo su puesto en dos pilares, sexto en Entorno Económico y décimo en Salud, por tercera y cuarta vez consecutiva respectivamente. En el primero, registró una mejora de dos posiciones en los indicadores de gasto real per cápita mensual de los hogares y de una posición en el indicador de PBI real. Sin embargo, este aumento fue contrarrestado por la caída de tres posiciones en el acceso al crédito. En el segundo, cayó cinco posiciones en prevalencia de la anemia, y dos en desnutrición crónica y partos institucionales. El efecto de esta caída fue compensado por el aumento de seis puestos en vacunación. Para continuar en la senda del desarrollo, la región deberá conservar los avances ya logrados en el ámbito institucional, laboral y educativo, y seguir mejorando en el resto de pilares.