Luego de dos años fuera de las aulas para evitar la propagación de la COVID-19, el Ministerio de Educación ha iniciado un plan de retorno a clases presenciales o semipresenciales. Apurímac presenta brechas de infraestructura y conectividad que necesitan ser atendidas para un regreso seguro a las aulas.
Brechas de la educación
En el 2020, el 13.5% de la población de 15 años a más en Apurímac era analfabeta, lo cual la posicionó como una de las regiones con mayor tasa de analfabetismo a nivel nacional. Ello evidencia la necesidad de mejorar el acceso a la educación y la calidad de enseñanza.
Dicha situación se explica en parte por la persistencia de las brechas de infraestructura educativa. En el 2019, tan solo el 34.1% de los colegios de la región contaban con acceso a electricidad, agua y desagüe. Más aún, esta cifra disminuyó en el 2020 a 32.9% de centros de educativos con estos servicios.
Es necesario resaltar que un aspecto importante dentro de la mejora de la infraestructura es la conectividad. En el 2019, el 58.4% de los colegios de la región, tanto de primaria como de secundaria, contaban con acceso a internet. No obstante, en el 2020, dicha cifra se redujo a 46.8% y se encuentra por debajo de promedio nacional (49.1%).
Estos indicadores resultan relevantes en el retorno seguro a las aulas puesto que condicionan los espacios que van a ser concurridos por los estudiantes. Según el Sistema de Seguimiento y Alerta para el Retorno Seguro, tan solo 687 de los 2,738 colegios apurimeños cumplen con condiciones suficientes para recibir a los alumnos, es decir, solo el 25.1%. Entre ellos, 641 locales corresponden al ámbito rural y 46 al ámbito urbano.
Importancia del retorno
En los últimos dos años, el sistema educativo se vio en la obligación de adaptarse a la “nueva normalidad”. Sin embargo, la brecha digital se convirtió en un gran problema en el proceso de aprendizaje, especialmente en las escuelas rurales del país. Según el INEI, en el primer trimestre del 2021, solo el 13.2% de los hogares de las zonas rurales a nivel nacional contaban con un servicio de internet y tan solo el 7.2% registró poseer una computadora.
Asimismo, según el economista Pablo Lavado, la pérdida de aprendizaje de estos dos años de educación a distancia significa una perdida en ingresos futuros de aproximadamente 78 mil soles menos durante la vida laboral de cada escolar peruano de la presente generación. Por ello, es necesario garantizar un retorno seguro a la presencialidad que siga las condicionas sanitarias requeridas.
En ese sentido, la vacunación de los estudiantes y docentes también es crucial para el regreso a las aulas. A mediados de diciembre del 2021, el 85.0% de la población apurimeña se encuentra completamente vacunada. Asimismo, más de 335 mil personas ya han recibido la primera dosis y alrededor de 25 mil han sido vacunadas con la tercera dosis de refuerzo.